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Política de IA

La incorporación de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) en la investigación y la publicación científica ha abierto nuevas posibilidades para la creación, análisis y comunicación del conocimiento. Estas herramientas, usadas de forma consciente y ética, pueden optimizar tareas como la síntesis de literatura, la corrección gramatical o la generación de código computacional, pero no reemplazan el pensamiento crítico, la creatividad ni la responsabilidad intelectual del investigador. Si bien la IAG puede ser un recurso útil para la investigación, su uso sin regulación plantea un nuevo panorama crítico en términos de transparencia, integridad académica y confiabilidad de los resultados. En este contexto, se hace necesario establecer políticas reguladoras e informativas que busquen establecer directrices claras para el empleo de la IAG en la producción y publicación científica, garantizando que la innovación académica se enmarque dentro de principios éticos y buenas prácticas académicas.

A partir del documento Declaración de Heredia: Principios sobre el uso de la Inteligencia Artificial en la publicación científica , el cual plantea, fundamentalmente, el empleo adecuado de la IA en los procesos de edición científica, la revista Concordia  establece como regla los siguientes aspectos:

Autoría: El proceso de investigación y escritura académica es un ejercicio de pensamiento complejo humano que implica la formulación de preguntas, la recolección y el análisis crítico de información, la construcción argumentativa y la síntesis de conocimiento. La IA de ninguna manera reemplazará la autoría humana. El autor tiene la capacidad de desarrollar, evaluar y hacerse cargo moral y legalmente de las investigaciones presentadas en la revista.  Por lo tanto, a la IA generativa no se le atribuye autoría. La revista se adhiere a los lineamientos de COPE (Comité de ética de Publicación)

Desde esta perspectiva, el uso de IAG debe ser considerado como una herramienta de apoyo y nunca como un reemplazo de la capacidad reflexiva y analítica del investigador. Esto significa que el uso de modelos de IAG debe ser declarado y su papel debe ser claramente delimitado para evitar la atribución indebida de pensamiento original a sistemas que carecen de intencionalidad y comprensión genuina. En el marco de los criterios de  transparencia y responsabilidad, el autor debe especificar a saber:

  • El modelo de IA empleado (LLM)
  • La función que desempeñó la IAG tanto en el proceso de análisis, como de recolección de información, redacción y revisión.  Es preciso que reporte la herramienta, así como la interconexión y fusión entre modelos. También el correcto uso de la cita y la referencia del modelo empleado, según las Normas APA 7° Edición.
  • El grado de intervención humana en la edición y validación de los contenidos generados.

Esta declaración debe realizarse en la sección de metodología o en los agradecimientos, según corresponda. Además, el uso de IAG debe ser citado de acuerdo con las normas de referenciación de la revista, según las Normas APA 7° Edición.

El uso de IAG no exime a los autores de su responsabilidad sobre la calidad, originalidad y veracidad del contenido presentado. Cualquier uso indebido, como la fabricación de referencias, la tergiversación de información o la generación de textos sin validación crítica, será considerado una falta grave de integridad académica y, por tanto, justificará la exclusión del trabajo del proceso de revisión.

Revisión: El proceso de revisión por pares es un pilar de la publicación científica, basado en la evaluación crítica de expertos en la materia. Si bien algunas herramientas de IAG pueden asistir en la identificación de problemas estilísticos o estructurales, la valoración del contenido conceptual, metodológico y teórico sigue siendo una tarea exclusivamente humana. El proceso de peer review es el fundamento de la calidad científica de la revista. La IA no sustituirá la revisión de los manuscritos realizada por los editores y árbitros.

Los revisores que recurran a herramientas de IAG para apoyar su evaluación deberán:

  • Informar su uso al equipo editorial, asegurando la transparencia en el proceso.
  • Asegurar que el juicio crítico y la toma de decisiones provengan del revisor y no de un sistema automatizado.
  • El equipo editorial de la revista se reserva el derecho de rechazar evaluaciones que dependan excesivamente de IAG, comprometiendo la calidad del proceso de revisión.

Cuando el uso filtrado de la IA sea empleado como apoyo en el proceso de revisión, es obligatorio, siguiendo el principio de reciprocidad, comunicar al Equipo Editorial, autores y lectores.

Dada la rápida evolución de la tecnología, la revista Concordia se compromete a mantener actualizada esta política conforme a las mejores prácticas internacionales y a los debates éticos emergentes en la comunidad académica. Se recomienda a autores, revisores y editores seguir las directrices ampliadas en la Guía para el uso y reporte de la Inteligencia Artificial en revista científico-académicas, donde se detallan principios y estrategias para un uso ético y responsable.